 Las zorras criadas en granjas viven en jaulas de 2.5 pies cuadrados (armiños en jaulas de 1-3 pies), con hasta cuatro animales por jaula.
 Los animales llegan a languidecer en las trampas por días. 1 de cada 4 animales atrapados se escapa al roer sus propias patas, sólo para morir después por pérdida de sangre, fiebre, gangrena o depredación.
 Cada año, miles de perros, gatos, aves de rapiña y otros animales considerados “basura” (incluyendo especies en peligro de extinción como el águila calva) son mutilados o mueren por causa de las trampas.
 Para matar a los animales sin dañar sus pieles, los tramperos usualmente los matan por estrangulación, a golpes o aplastándolos. Los animales en las granjas de pieles mueren por envenenamiento por gas, son electrocutados, envenenados con estricnina o se les rompe el cuello. Estos métodos de sacrificio no son 100% efectivos y algunos animales se “despiertan” al ser despellejados.
 .Según un estudio del ingeniero Gregory H. Smith de la Ford Motor Company, se requiere hasta tres veces más energía para hacer un abrigo de pieles de animales atrapados—y 40 veces más si es de pieles de animales criados en granjas—que la que se requiere para hacer uno de pieles sintéticas. |
